E = Empleo
A = Capacidad para generar empleo estratégico
B = Aporte indiscriminado de tecnología al mundo del trabajo
C = Eficacia de las comunicaciones para diseminar el aporte tecnológico al mundo del trabajo
D = Control inmigratorio
1. ¿Es y seguirá siendo el empleo el modo universal único de distribución de la riqueza?
2. De no ser así ¿cuál sería el/los modos estratégicos que lo reemplazará o complementará?
HIPÓTESIS
A. Desde una perspectiva histórica, a partir de la aparición de la rueda todo aporte tecnológico al mundo del trabajo implicó, con excepciones que no se considerarán en este trabajo, una baja en el número global de puestos de trabajo con independencia de que en algunas sociedades, este fenómeno pudo no haber sido percibido. En tal sentido, la disminución de puestos de trabajo por aporte tecnológico, durante mucho tiempo no fue evidente.
Desde una perspectiva histórica, si bien a partir de la aparición de la rueda comienzan a reconocerse transformaciones en el mundo del trabajo, fue a partir de la creación del mercado mundial que el aporte tecnológico implicó una baja en el número global de puestos de trabajo con independencia de que en algunas sociedades, este fenómeno pudo no haber sido percibido. En tal sentido, la disminución de puestos de trabajo por aporte tecnológico, durante mucho tiempo no fue evidente.
Esta falta de evidencia se debió a que, por ejemplo, tanto la rueda como el arado y la lanzadera representaron fundamentalmente facilidades para la producción y aumento de la misma sin que implique, de manera inevitable, una disminución de fuentes de trabajo. En los dos primeros casos como consecuencia de la constante demanda de alimento y en el caso de la lanzadera porque acompañó la demanda de nuevos mercados.
B. No obstante las transformaciones estructurales que produjeron los aportes tecnológicos -incluso antes de su puesta en marcha- no fueron previstas por los Estados en cuanto al impacto que tendrían en el mundo del trabajo y, mucho menos, adoptaron de acciones de cobertura compensatorias a la pérdida de trabajo. C. En consecuencia, la reacción de las poblaciones –tanto en lo social como en lo laboral- fue recomponerse a sí mismas aceptando incluso descender al nivel socio laboral anterior: desde la actividad económica independiente y hasta la marginalidad como frontera.
D. A un costo constante o de baja incidencia de la mano de obra, por ejemplo en el Régimen Esclavista y después en la Servidumbre de La Gleba, el aporte tecnológico aumentó la producción e implicó mayor rentabilidad.
Hasta aquí el aporte tecnológico fue neutro con respecto al empleo.
E. Los aportes tecnológicos fueron aceptados en el mundo del trabajo porque en una primera lectura, disminuían el esfuerzo para realizar la tarea y porque también aumentaban la producción (con indiferencia del costo) y la rentabilidad.
F. La sofisticación del aporte tecnológico reconoce, además de la propedéutica científica, una relación proporcional con el número de habitantes del planeta. Dicho de otro modo, el avance tecnológico tuvo una relación incidental con la densidad demográfica a escala planetaria.
G. En las diferentes etapas históricas, los tres grandes reguladores o elementos compensadores del excedente de mano de obra, en función de la distribución de la riqueza por medio del trabajo fueron: las epidemias, las migraciones y las guerras. Nunca, a escala estratégica, la acción de los Estados. Ante dichas situaciones éstos se limitaron a dar respuestas coyunturales que no modificaban en lo absoluto, el origen y causas estratégicas del problema: el excedente de mano de obra por aporte tecnológico.
H. La pérdida de trabajo por aporte tecnológico, además de su propio impacto específico, siempre estuvo asociada al nivel de desarrollo de las comunicaciones. Es decir, el verdadero impacto del aporte tecnológico para influir en el mundo del trabajo, es directamente proporcional a su grado de implementación y a su vez a la eficacia de las comunicaciones.
Lo establecido determina que en el espacio geográfico donde hubo aporte tecnológico se cumple la hipótesis.
I. Nunca, aún en la actualidad, hubo un aporte voluntario estatal y global con efecto estratégico, destinado a prevenir y/o compensar los devastadores efectos de las incorporaciones tecnológicas al mundo del trabajo. J. Esta falta de acción, posiblemente atribuible a considerar que los efectos del aporte de tecnologías con objetivos de productividad-rentabilidad fueron siempre, en apariencia absorbibles, ha determinado que hoy, a nivel planetario, la amenaza al empleo por las nuevas tecnologías sea por una parte una realidad global y, por otra que los Estados, tomando medidas administrativas como Planes y Programas Sociales, intenten -impotentes y extraviados- enfrentar nada menos que el irreversible hecho que el empleo dejará de ser, más temprano que tarde, el único modo y forma de distribución de la riqueza.
K. Los términos trabajo y empleo, mantienen el análisis en un nivel sesgado debido a la carga simbólica contenida por estas dos palabras; lo que condiciona la reflexión a dimensiones teóricas del presente y del pasado sin considerar el futuro.
Por lo tanto, se debe encontrar una definición suficientemente abarcativa que permita la inclusión de los conceptos de trabajo y empleo como un modo no exclusivo y excluyente para la distribución de la riqueza. Por ejemplo, la categoría “contraprestación”, como continente de empleo y trabajo.
L. Es razonable estimar que en el devenir histórico el aporte tecnológico no se detenga, lo que acentuará la crisis del empleo con un agravante: la inacción de los Estados para tomar acciones que neutralicen los esperables efectos, con medidas creativas y realistas más allá de las administrativas como planes y programas sociales.
M. Si la inacción persiste, la dirección que tomarán globalmente los desplazados, será la ancestral e histórica: el autoempleo en cualquiera de sus formas complementadas por actividades marginales fronterizas con la ilegalidad, siendo el delito contra la propiedad y personas el límite exterior.
En este punto se propone el siguiente teorema: “la incorporación de tecnología al medio laboral determina, en términos estratégicos, la pérdida de puestos de trabajo y como consecuencia, el descenso proporcional de individuos a la actividad económica y posicionamiento social anteriores”.
N. El impacto estratégico en el mundo laboral y sus consecuencias sociales determinadas por el aporte de tecnología, implican la imposibilidad estratégica de recuperar los puestos perdidos, excepto casos individuales y por causas específicas.
O. El aporte de tecnologías al mundo laboral es indetenible y el impacto de ese aporte determina, como mínimo, dos situaciones:
La destrucción de puestos de trabajo masivos.
La creación de puestos de trabajo más especializados alrededor de la nueva tecnología, puestos que son desproporcionadamente menores a los destruidos.
P. Como consecuencia tanto de recuperar los puestos perdidos como la imposibilidad de generación de puestos de trabajo masivos, se produce la involución del objetivo del “pleno empleo” porque el trabajo se convierte en una situación de privilegio.
Q. La incorporación de tecnología determinó un retroceso en la situación socio laboral de los individuos, haciéndolos replegarse, en el mejor de los casos, a su situación anterior: de empleo a trabajo; de trabajo a trueque; de trueque a recolector de deshechos reciclables y, por último, a alguna actividad ilícita.
R. La recuperación estratégica de la actividad laboral perdida por aporte de tecnología, con objetivos que en ningún caso contemplan la conservación y/o creación de nuevos puestos de trabajo, por ser masiva es indiscriminada y se auto encausa en relación con las oportunidades disponibles: actividad económica independiente, recolección de desechos reciclables o actividad marginal o ilegal.
S. La proyección indica que se trata de una problemática que trasciende el mundo del trabajo como tal y que no determina el fin del trabajo pero sí del trabajo como único medio idóneo y posible para la distribución de la riqueza.
T. La convocatoria implícita para los desplazados socio laborales es el autoempleo en cualquiera de sus modos: la actividad económica de supervivencia.
En este punto se propone el siguiente teorema: La posibilidad, aún transitoria, de continuar distribuyendo riqueza solamente a través del trabajo, es inversamente proporcional al grado o intensidad del uso tecnológico y directamente proporcional al control efectivo de las inmigraciones.
U. La inevitable migración del desamparado hacia el autoempleo, la recolección o el delito es el modo ancestral de vida desde los primeros tiempos de la humanidad y que, la evolución no ha borrado: el instinto de supervivencia, en este caso reconocido desde la visión de la distribución de la riqueza. V. Ningún Estado ha podido superar la reparadora acción de la naturaleza. El hombre como tal tiene recursos impregnados genéticamente para no descender bajo el nivel de generación de recursos para la supervivencia y esto, es inherente al ser humano. W. Aún hoy coexisten, como dos extremos, la caza y la recolección con la ingeniería genética. Entre ambos la distribución de la riqueza a través del trabajo fue siempre consecuencia de una contraprestación.
X. De cara al futuro y paradójicamente, el Estado está involucrado en la eliminación de las actividades ilícitas cuando -en realidad- forman parte de la actividad económica marginal considerada como una alternativa para poder sustentar las necesidades materiales que garantizan la sobrevivencia de amplios sectores marginados.
Y. Uno de los principales intereses tanto de los Estados como de los organismos supranacionales es la prevención y erradicación del trabajo infantil en todas sus formas, desatendiendo las razones profundas de su permanencia: es una estrategia de supervivencia de los sectores más vulnerados de las sociedades debido a la relación inversamente proporcional entre familia numerosa y posibilidades de supervivencia e incluso puede ser considerado como un valor formativo para generar la “cultura del trabajo”.
Z. Sin las alternativas combatidas por el Estado, la situación actual y futura sería dramáticamente peor. Respecto al presente, familias enteras o lo que es más grave, núcleos poblacionales enteros, cumplen su ciclo de supervivencia involucrados en alguna de las formas de vida marginal.
Si desde una visión global estas hipótesis fueran verificadas, los continentes, estados, regiones y agrupamientos sociales pequeños con bajos niveles de desarrollo socio económico y aporte tecnológico, tendrán mayores posibilidades de prolongar los tradicionales modos trabajo y empleo de distribución de riqueza según y conforme logren controlar la inmigración a sus área de crisis. Por lo tanto,
si las nuevas tecnologías aplicadas al trabajo son un proceso indetenible,
si la tecnología aplicada al mundo laboral ha impactado, impacta e impactará negativamente en la conservación de los empleos y, más aun, en la creación de nuevos empleos con masividad estratégica,
si los impactos de la tecnología en el mundo laboral a escala estratégica está íntimamente en relación con el desarrollo de las comunicaciones,
si las comunicaciones -aún en su estado actual- son eficaces por haber contribuido a la crisis del mundo del trabajo, precisamente por ser éstas receptoras de tecnología propia,
si las comunicaciones evolucionan por su propia tecnología, su desarrollo es también indetenible, y es indetenible su eficaz aporte de nuevas tecnologías en el mundo del trabajo,
si se hace una proyección donde a más tecnología menos empleos,
si menos empleo a escala global implica que éste ya no será la única herramienta para la distribución de la riqueza,
si los Estados no pueden generar empleo estratégico con el condicionamiento de la tecnología y las comunicaciones,
si los desplazados tenderán, por reacción ancestral, a la búsqueda de la supervivencia en el autoempleo,
Entonces, Las categorías trabajo y empleo como únicos medios idóneos para la distribución de la riqueza, están denotando o bien un fin de ciclo o bien una transformación hacia formas innovadoras y complementadas que no se contradigan con la dirección histórica y ancestral que toman los desplazados.
Toda solución -o su intento- debe reconocer lo que es posible denominar fuerza inherente de la propedéutica social. Es decir, que los hechos sociales reconocen situaciones determinantes anteriores y son a su vez manifestaciones sociales de consecuencias ulteriores. Estas tienen una potencia y potencialidad de tal magnitud que los Estados podrían planificar, evolucionar navegando y construir sus expectativas sin contradecir el curso general de la potencialidad social.
En este marco conceptual debe considerarse el fin del trabajo como medio único de distribución de la riqueza y la implementación de alternativas que lo complementen o desplacen.
Si en lo táctico las acciones de los Estados deben encaminarse a detectar y a sistematizar los modos y formas de supervivencia de los no incluidos entre los “con empleo” y, apoyarlas y desarrollarlas, es decir potenciarlas; en lo estratégico dicho agrupamiento está contenido entre dos límites precisos: el empleo y la marginalidad. Comprende a los recolectores y a todos aquellos individuos con actividad económica independiente.
Todos ellos -a los efectos de las políticas públicas de distribución de la riqueza- deberían ser considerados del mismo modo en que son considerados los trabajadores “con empleo” ya sea público o privado. Si así fuera, el ámbito natural de todos aquellos que desarrollan algún tipo de actividad económica independiente deberían ser objeto de la atención y regulación de áreas de gobierno específicamente vinculadas al trabajo, mientras que los que conforman el colectivo de la marginalidad deberían ser objeto de la órbita de áreas vinculadas con problemáticas sociales.
Para que la acción de los Estados sea realmente efectiva en la generación de cambios estructurales al interior del mundo del trabajo, deberían abandonar las herramientas administrativas utilizadas hasta la actualidad, como planes y programas sociales, para incluir a los desplazados como consecuencia del avance tecnológico, en el marco de un nuevo criterio de distribución de la riqueza que no se limite a las alternativas del trabajo y del empleo, sino que accione para lograr el fortalecimiento de las realidades expresadas y diseñe políticas públicas que construyan una barrera de profilaxis social que impida el paso a la marginalidad.
Sería definitivamente improbable el éxito en una construcción política que fluya en una dirección contraria al cauce determinado por la potencia y potencialidad social.
Desde el punto de vista del empleo y el trabajo, las consecuencias que tiene en los desplazados el aporte de tecnología potenciado por las comunicaciones, la poética metáfora del efecto mariposa se ha transformado en una ominosa realidad.
Pedro Enrique Borgoglio Boetti
Hola !! Buenas tardes .-- Comento el último blog de Pedro: "Mirada retrospectiva y prospectiva respecto de la distribución de la riqueza" .--- La hipótesis es válida pues hay una tendencia lógica y humana de pensar que desde la revolución industrial, toda maquinaria o cosa que reemplace la mano de obra, tiende a que se pierdan puestos de trabajo.--- Yo no estoy de acuerdo porque según mi experiencia, los puestos de trabajo tendrían que funcionar con meritocracia y de ninguna manera por amigocracia o haber tenido un desempeño brillante (?) en el partido que gana.--- La meritocracia está basada en la capacidad del hombre en aprender nuevas cosas y desarrollarse en ellas y para eso, se necesita capacitación pero lo…