La Servidumbre Voluntaria de Etienne de La Boetie, la cobarde intrepidez del pavo y, ya rodando en el polvo tu cabeza.
“No es fácil imaginar hasta qué punto un pueblo, sometido de esta forma… pueda caer en el envilecimiento y hasta en tal olvido de sus derechos que ya será casi imposible despertarlo de su sopor para que vuelva a reconquistarlos, sirviendo, con tanto afán y gusto que se diría, al verlo, que no tan solo ha perdido la libertad, sino también, hasta su propia servidumbre, para enfangarse en la más abotargante esclavitud”.
En 1563, muere La Boietie, dejando en la oscuridad la fecha en que escribió El Discurso de la Servidumbre Voluntaria.
Había Una Vez, hace siglos, una industriosa ciudad cuyos habitantes se dedicaban a producir, comerciar y algunas otras actividades que resultaban de utilidad a la comunidad.
La ciudad estaba rodeada de un muro ya que en las proximidades merodeaban personas sin ley cuya actividad principal eran los saqueos, para lo cual, ocasionalmente se organizaban en bandas para atacar a ciudades como las de este relato.
Hasta ese momento, la defensa en cada ataque había sido efectiva. Por la naturaleza del muro, todo atacante, debía escalar y después enfrentarse a los defensores que, precisamente por esa característica, siempre contaban con la ventaja que da siempre la defensa organizada: cada atacante que subía al muro era de inmediato rodeado y ejecutado.
¿Por qué ejecutado? Nadie lo sabía .El concepto había sido heredado de sus antepasados de boca en boca, con la aclaración que, si un atacante sobrevivía de cualquier forma, regresaría a la primera oportunidad.
Ante la certeza que, todo atacante sobreviviente regresaría de poder salir vivo del ataque, se adoptó, en tiempos inmemoriales, perseguir a los atacantes sobrevivientes en su huida, para ejecutarlos.
Un día, los representantes de esas ciudades independientes decidieron darse otra organización, eligieron un rey quien, entre otras cuestiones, se encargaría, en nombre de todas las ciudades, de perseguir a “los sin ley”, permitiendo a los ciudadanos vivir sin su constante amenaza.
A partir de ese momento, los ciudadanos de esta ciudades amuralladas no necesitaron luchar más con” los sin ley”. Bastaba en caso de un ataque, llamar al Rey quien eliminaba el problema, con los soldados que las ciudades pagaban con sus impuestos al Rey. Después de un tiempo, probablemente una generación, ya olvidados del por qué los antepasados construyeron el muro, lo derribaron. No prestaba utilidad práctica y afeaba el paisaje.
No mucho tiempo después, no ya en bandas numerosas, ”los sin ley”, viendo que no había muro y el Rey se preocupaba más de recaudar impuestos que de cumplir su obligaciones, comenzaron a incursionar, nuevamente en las ciudades, ya sin muro y con las respuestas de rey, cuando menos tardías y casi siempre ineficaces. Además, el periodo anterior, el de la generación de transición trajo como consecuencia el correspondiente efecto corruptivo que, abrazo y fue abrazado por los soldados del rey, los jueces del rey y, los carceleros del rey.
Entonces ocurrió el predecible e inexplicablemente ignorado, circulo vicioso, donde “los sin ley” saqueaban, habitualmente impunes, por la corrupción de los soldados del Rey, los menos eran capturados y eran liberados por la corrupción de los jueces del Rey, una ínfima cantidad llegaban a la cárceles del Rey y de los carceleros del Rey que, de alguna forma los devolvían a la ciudadanía por anticipado. Algunos cumplían la condena, pero regresaban peores personas a como entraron.
Toda una generación se acostumbró a vivir de esta manera: A ver cotidianamente en el reino como los juglares y trovadores cantaban noticias sobres crímenes cotidianos, repetitivos, y con la asombrosa característica que, los perpetradores estaban, en ese mismo momento, debiendo cumplir una condena en las cárceles del Rey.
Entonces los ciudadanos, dejaron de llamar a los soldados del rey cuando eran atacados. Estos no llegaban sino hasta después del ataque. Cuando llegaban, debían dedicar días y días de su tiempo a dar declaraciones cuando no a explicar por qué se había defendido. La sorpresa y confusión llego cuando, camino a su casa después de agotadoras jornadas en el cuartel de los soldados del Rey, se encontraba con “el sin ley” que lo ataco, que solo había estado un par de horas en el cuartel de los soldados del Rey.
Entonces el Rey, aconsejado por el Mago del reino, determino que “los sin ley” los atacaban porque ellos eran insolidarios y no compartían su bienestar con ellos. De nada sirvió argumentar que su bienestar era fruto de su trabajo y respeto por las leyes. El Rey contaba con algunos Trovadores y Juglares, que con algunas dispensas reales, difundían esta sorprendente novedad.
Un día un anciano herrero, con registro genético del porqué del muro, decidió que, si no podía reconstruir un muro para toda la ciudad para regresar a la apacible vida de trabajo y sosiego de antaño, trataría de ayudar con su oficio a todos sus vecinos: Le ayudaría a construir pequeños, individuales muros de acero para sus puertas y ventanas. Además, adoptó sin que se lo pidieran una actitud de solidaridad con sus vecinos velando su sueño, en la medida que su deteriorada salud, se lo permitiera.
Un día, de madrugada, cinco de “los sin ley”, ingresaron a su casa a robar. Huyeron y a unas horas regresaron y volvieron a robar.
Pasados unos momentos, por tercera vez en la madrugada, los cinco perpetradores regresaron, entraron a su casa, lo sorprendieron, apresaron, torturaron e hirieron de gravedad. El anciano herrero, muy disminuidas sus fuerzas por sus enfermedades y por los golpes y heridas, logra empuñar un arma que los funcionarios del Rey habían autorizado a poseer y, dispara a los atacantes. El anciano herrero sale en su persecución. Todos los bandidos logran escapar hacia el exterior de la casa asaltada, incluido el herido que cae a pocos metros El anciano herrero sale en su persecución en un encadenamiento emocional y psicológico, explicado claramente, por la preocupación del anciano herrero que, ”los sin Ley” agredieran a otro vecino. Para el, es evidente que, debe defender la vida de sus vecinos como la propia.
Como toda la ciudadanía esperaba, el anciano herrero víctima del feroz ataque, quedo detenido acusado de ser penalmente responsable de cometer homicidio de la persona que, minutos antes, lo asaltaba en su domicilio, robaba y torturaba. El argumento es que, debió meditar las consecuencias de lo que hacía. La corrupción muestra su peor cara en el reino, cubierto por el ensordecedor silencio del Rey. Un funcionario de la corte, Sir Alejandro San Vaca, explicito claramente de su propia voz ante Juglares y Trovadores, la posición del rey: Primero hay que investigar el homicidio y después el robo. La más clara definición sobre de parte de quien está el Rey y los funcionarios de la corte.
El Rey, los Jueces del Rey, los Soldados del Rey, los Carceleros del Rey, los Juglares y Trovadores y algunos ciudadanos del reino, le están pidiendo a un anciano asaltado en su dormitorio, tres veces en una noche, torturado y golpeado salvajemente, apuñalado con un destornillador; que vivió su vida adulta viendo como los delincuentes de toda laya entraban a la puerta giratoria de la justicia del Reino, que compartió la idea que, llamar a los soldados del Rey en una emergencia es inútil y que, en caso de detener a los perpetradores estos estarían en libertad antes que el terminara los tramites, que ¿debió ponerse a pensar los límites de la legitima defensa y contener su dolor, enojo , alteración nerviosa inevitable y además dejar lo que creía defensa de sus vecinos en manos de la providencia?
¿Es este el nivel de deterioro de la sociedad? ¿Son las cacerolas del medioevo la nueva arma de construcción de un futuro mejor?
A esta corrupción cooperan intensamente los juglares y trovadores del reino quienes se preguntan en todas las plaza mayores, ante los ciudadanos del reino si el anciano no se excedió, sino debió detenerse una vez que los perpetradores habían abandonado la casa .Esto es parte de la estrategia del rey, divulgada por juglares y trovadores. No hay que defenderse por que es peor. Que no hay que tener armas, que es mejor no irritar al delincuente y ceder a sus demandas .El Rey desea y va camino de lograr tener como ciudadanos un rebaño de ovejas acobardadas, QUE ACEPTAN LA SERVIDUMBRE VOLUNTARIA, la COBARDE INTREPÍDES DEL PAVO, cuando debieran estar vociferando, YA RODANDO EN EL POLVO SU CABEZA.
Ante esta situación, los ciudadanos del reino, debieron hacer saber al Rey y a los Juglares y Trovadores que, mientras el Rey no pueda garantizar la seguridad de los ciudadanos del reino, la inseguridad buscara libremente una solución. Tal como fue siempre, por los siglos de los siglos, hasta la aparición del estado y la demolición de los muros. Sin el estado, haciendo su trabajo, el regreso a la autodefensa no ofrece alternativas.
“Cuando el saqueo se convierte en el modo de vida de un grupo de hombres en una sociedad, no tardarán en crear un sistema legal que lo autorice y un código moral que lo glorifique”.
Frederic Bastiat.1801-1850.
Pedro Enrique Borgoglio Boetti
Qué pinturita !!!! .--- Estos franceses que han sido considerados como "de izquierda", parece que en estos trabajos se han puesto un poco del otro lado, defendiendo no sólo la propiedad privada sino que ya en 1800 y pico, escribían sobre las élites . . . Este relato de Pedrito es fascinante porque me recuerda situaciones que estamos viviendo a diario, quizás sin darnos cuenta de la evolución de esas cosas pero evidentemente, hay cambios que se disimulan en el tiempo. --- Me siento incluido en los que estamos fuera de esos grupos . . .--- Saluditos, pky