Al momento de escribir, siempre me esfuerzo en recordar a María del Carmen Garay Muñiz, quien fuera una importante referencia al respecto. En especial, un comentario rector: Ni al hablar y menos al escribir, se debe hacer concesiones al que escucha o al lector.
Con esto en mente refiero que, en algún momento de los noventa, trabajando en Córdoba en empresas relacionadas con la Fundación Mediterránea, cuando en un evento de la misma ocurrió lo siguiente. Juan Carlos Kusnir, economista de la Fundación, pero también un gran imitador, refiere:
Estoy haciendo la de Nito Artiza, pero al revés", bromea Coco Kusnir, economista de relieve casi en retirada, ex miembro de la Fundación Mediterránea, candidato de hecho alguna vez a la cartera económica de la provincia de Córdoba y ahora humorista, que parece decidido, de una buena vez, a ponerse la casaca y salir a transpirar la cancha. El destino de este hombre, egresado de la Universidad de Córdoba en 1974, ya estaba jugado aunque tardó en tomar la decisión: cuando su jefe Domingo Cavallo reinaba en el Ministerio de Economía, una historia suya apareció en todos los diarios. "Fue en una cena anual de la fundación Mediterránea. Hice una imitación de Cavallo que se transformó, después, en un número clásico de todos los años. Estaban inundados los campos de la provincia de Buenos Aires y yo dije, en voz alta, un exabrupto en el tono y la voz del jefe: En vez de quejarse tanto, los productores deberían estar pensando en reemplazar el trigo y la soja por el bagre y la mojarrita.
Alguien que escucho sin ver el escenario y, pensando que era el propio Cavallo el que se refería a los inundados, levanto la noticia y, al otro día Ámbito Financiero y otros medios, trinaban por la inexcusable actitud del supuesto ministro.
La opinión es al conocimiento, lo que la sombra al objeto que representa: Platón.
Para finalizar, no creí necesario ser considerado con el lector de Anzoátegui y, aclarar el estilo irónico e irreverente con que este lo hace. No es materialmente posible, encontrar en sus referencia a los muertos y sus vidas de los que se ocupa, ningún ataque personal y, si la admiración implícita que se desprende de haberlos seleccionado para escribir sobre ellos.
Otro mencionado por Anzoátegui en Vidas de Muertos, es Carlos Guido y Spano quien escribió una obra de gran belleza y simbolismo patrio. En última instancia, un homenaje al Paraguay y las consecuencias de la Guerra de la Triple Alianza. La obra la llamo Nenia. En un verso de la última estrofa, Spano dice:
¡Llora, llora Urutaú en las ramas del Yatay!
Ante tamaña obra poética, Anzoátegui, aclara: El Yatay no tiene ramas.
Por su estilo, tal vez Anzoátegui sea el Bernard Shaw de estas tierras.
NENIA (Canción Fúnebre) En idioma guaraní, una joven paraguaya tiernas endechas ensaya cantando en el arpa así, en idioma guaraní: ¡Llora, llora urutaú en las ramas del yatay, ya no existe el Paraguay donde nací como tú ¡llora, llora urutaú! ¡En el dulce Lambaré feliz era en mi cabaña; vino la guerra y su saña no ha dejado nada en pie en el dulce Lambaré! ¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay! Todo en el mundo he perdido; en mi corazón partido sólo amargas penas hay ¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay! De un verde ubirapitá mi novio que combatió como un héroe en el Timbó, al pie sepultado está ¡de un verde ubirapitá! Rasgado el blanco tipoy tengo en señal de mi duelo, y en aquel sagrado suelo de rodillas siempre estoy, rasgado en blando tipoy. Lo mataron los cambá no pudiéndolo rendir; él fue el último en salir de Curuzú y Humaitá ¡Lo mataron los cambá! ¡Por qué, cielos, no morí cuando me estrechó triunfante entre sus brazos mi amante después de Curupaití! ¡Por qué, cielos, no morí!... ¡Llora, llora, urutaú en las ramas del yatay; ya no existe el Paraguay donde nací como tú- ¡Llora, llora, urutaú!
Ignacio Anzoátegui
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