El artículo propone remediar los efectos socioeconómicos colaterales generados por la cuarentena, con un control profiláctico descentralizado y adaptado a la realidad de cada establecimiento en el marco de la Ley 19857 de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
La propuesta es que el equipo profesional que fija la ley a cada empresa, médico y profesional ambiental, tenga la responsabilidad legal de controlar si el establecimiento no está en condiciones de habilitación total o parcial y así informarlo fehacientemente a la autoridad de Salud de su jurisdicción en tanto no les sea posible establecer métodos de trabajo en que las barreras de transmisión sean efectivas, incluyendo el transporte desde el hogar del trabajador hasta el lugar de trabajo y regreso.
Contribuye a la claridad que, cuando se expresa algo con aspiraciones sustantivas, se establezca desde el primer momento, desde donde se realiza.
Durante quince años fui miembro de la Coordinación de la carrera de Saneamiento del Medio y Coordinador General de la Especialización en Medicina Laboral para Médicos en la Escuela Superior de Sanidad del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, dictando, simultáneamente a la coordinación, diferentes materias específicas de ambas carreras. En ese periodo participe activamente en las acciones sanitarias durante la epidemia de Cólera.
Ahora, dicho esto, decimos: En términos de una epidemia, es la Medicina y la Ingeniería Ambiental, en varias ramas, las dos profesiones que se articulan, centralmente, en su control.
La medicina se ocupa del hombre y la ingeniería ambiental del medio donde se está desarrollando la epidemia. Imprescindiblemente, en el mismo objetivo y apoyo científico-técnico reciproco. Ocupada en la profilaxis, diagnóstico y terapia, la medicina, pierde jurisdicción sobre el virus, si de un virus se trata, cuando este es exhalado al ambiente. Este es el ámbito específico de la Ingeniería Ambiental, quien debe, primordialmente, neutralizarlo en el ambiente y/o establecer las barreras sanitarias físicas, químicas, radiactividad o cualquier otra que la situación reclame como apta para evitar su difusión y enferme a otras personas. A todo efecto en esta situación, un virus diseminado en el ambiente, es un contaminante mas, por definición, como el Coli en el agua potable, el ruido en la calle o en el ambiente laboral, el petróleo en un curso de agua, el humo de una chimenea o el smog de la ciudad. Todas estas y otras situaciones, incluidas las contaminaciones biológicas (gérmenes, artrópodos, roedores), demandan soluciones que, son, incumbencias de las ingenierías. Incluido los diseños de equipos, e insumos que utiliza la medicina, como los barbijos n95.
Es obvio que, la Ingeniería Ambiental, la Medicina Laboral y la Prevención de Accidentes y Enfermedades del Trabajo, no participo en estos eventos que nos ocupan.
De haber intervenido desde el principio, la ingeniería ambiental, no hubiera sido necesaria, la opción entre salud y economía o el ingenio de un bombero voluntario, para determinar la calidad y efectividad de los barbijos, insumo critico en estas circunstancias. Esa calidad y efectividad es establecida en laboratorio por métodos y normativa.
Ahora, ¿es posible establecer un responsable de la epidemia en Argentina? Aclaremos el término: Responsable de algo, es aquel que “responde por”. Qué debía hacer y no hizo lo que se esperaba que hiciera para evitar lo ocurrido. En este caso el tema se reduce a determinar de dónde vino el virus y por donde entro. Quienes lo trajeron y quien debió evitarlo. Cuando el incendio de un bosque alcanza miles de hectáreas es más complicado controlarlo que si, pudiendo hacerlo, se permitió al imprudente que arrojara la colilla encendida.
Este tema es central porque, todo el secreto de la situación ideal, si se cuenta con los medios y el tiempo para hacerlo, es impedir la entrada al país, de la causa de la epidemia, en este caso un Coronavirus. ¿Qué ocurrió, si el alerta fue temprana?
“Quien se preparara para la guerra, si el sonido de la trompeta es incierto”
A mediados de febrero, estuve en Bélgica, en contacto con médicos y, donde ya había casos, incluido el hecho de haberse detectado en Bruselas, en una plata automotriz, la presencia de centenares de técnicos y operarios chinos de Wuhan, recibiendo capacitación desde Noviembre 2019 para una planta de la marca a instalarse en China. Ya había caso de adultos mayores positivos y fallecidos en casas para adultos mayores internados; nuestros geriátricos.
Un médico Belga comentó “que afortunado Argentina que, por la distancia, teníamos tiempo de controlar el virus en los aeropuertos y otros ingresos fronterizos y sin tener aun casos positivos”. También se comentó como situación virtuosa, la geografía, ya que la Argentina no tiene el flujo de personas de aeropuertos centrales de transferencia.
Yo respondí que así era en efecto, con mas, nuestra experiencia con las inmigraciones masivas del siglo pasado, donde todos los inmigrantes pasaban una cuarentena en un hotel “ad hoc” de Buenos Aires, antes de ingresar. Por lo tanto, detendríamos el virus en las fronteras, los puertos y aeropuertos.
Al llegar a Buenos Aires, grande fue mi sorpresa al comprobar que no había controles. Consulte a la persona de Migraciones si no se contralaba en ese momento o nunca. Nunca, fue la respuesta. Nadie recibía los formularios de declaración entregados a bordo al pasajero.
Luego el ministro de Salud, dice públicamente que, no ve peligro inmediato de contagios, salvo por casos importados. Esto es así, debía ser importado pero, es evidente que, el ingreso de personas del exterior con origen en zonas de epidemia, sin controles y cuarentena estricta, es la causa de la epidemia en Argentina. Por lo menos, de su magnitud.
¿Qué hacer? Tal vez es el momento de hacer lo que, después de haber permitido el ingreso del virus, estrategia primigenia, se debió haber hecho, sin caer en la pulseada entre salud o economía.
Al optar, innecesariamente, por la salud, el gobierno logro invertir la normalidad. De la normalidad expresada en vida normal de trabajo, estudio, familia, distracciones; con esporádicas relaciones con el tema salud, la normalidad paso a ser la pandemia, con esporádicas oportunidades de la normalidad perdida, según concesiones periódicas del gobierno. El gobierno declaro que la cuarentena es sine die, es decir…vamos viendo.
Ningún esfuerzo operativo, repara un error estratégico y, hoy, el único plan, es la cuarentena.
La cuarentena de un país, no es un plan. Es la confesión implícita de no haber hecho lo debido, es ganar tiempo e “ir viendo...”
Por no poner obligatoriamente en cuarentena a los que venían de viaje de zona de pandemia, pusieron en cuarentena al país. Incompetencia o desidia, transformada en éxito de gestión.
Cometido el error de dejar entrar el virus, la decisión estratégica debió ser, continuar con la normalidad, salvo excepciones, la actividad económica.
Ahora, cómo hacerlo:
La actividad laboral está regida por la ley 19587 de Seguridad e Higiene en el Trabajo, debiendo entenderse que Higiene, se refiere a la prevención de enfermedades en el ámbito laboral y, no excluye los virus .Es decir, toda actividad laboral tiene, en diferentes modos y formas por esta ley, la supervisión responsable de un Médico y de un responsable de accidentes y condiciones del trabajo. Estos profesionales, permanentemente, están trabajando sobre las diferentes agresiones reales y/o potenciales a la salud del trabajador, un accidente, o una enfermedad por una agresión química, física e incluso psicológica, una bacteria o, un virus. Esto es así desde el 21 de abril de 1972.
Este equipo, con estas funciones y responsabilidades de Ley, están presentes en toda actividad laboral, ya industrial, ya comercial o de servicios e incluye a los trabajadores de los hospitales, y otros establecimientos y actividades de salud.
Entonces, la cuestión es a la inversa de lo planteado: cerrar todo y autorizar por cuenta gotas con el solo argumento de la cuarentena y sus flexibilizaciones versus, continuar normalmente las actividades económicas, con la sola excepción de aquellas puntuales y especificas en que, el médico de la empresa y el profesional ambiental determinen, bajo la responsabilidad que la ley les asigna, que, no es posible establecer métodos de trabajo en que las barreras de transmisión sean efectivas, incluyendo el transporte desde el hogar del trabajador hasta el lugar de trabajo y regreso. Este análisis por empresa, profesional y detallado, responsabilizándose por sus resultados, diferenciando en la valoración que, por sus características, dos empresas del mismo rubro, tal vez una de ellas no pueda ser autorizada a trabajar, no puede ser decidido centralizadamente. Esta estrategia, como aun hoy ocurre en algunas empresas, podría extenderse al apoyo familiar del médico y del Ambientalista empresario.
Esto determinaría, la descentralización de las decisiones, que estas fuera tomadas por personal profesional especializado y responsabilizado por ley de sus decisiones y que conoce en detalle la actividad. Todo esto, como es ley, bajo el contralor de los organismos estatales jurisdiccionales.
Para formalizar esta estrategia, no es necesaria otra medida que comunicarla: La Ley está vigente.
Es necesario decir que, el transporte público, la empresa que lo presta, también está incluida en la mencionada legislación y, cuentan con la supervisión obligatoria de medico e higienistas aun, las estatales.
Volver a la normalidad económica, con las excepciones puntuales que comprometan el control de la epidemia, debería ser el objetivo.
Pedro Enrique Borgoglio Boetti
Buenas tardes. Acabo de leer el blog y no sólo me parece correcto sino que yo particularmente, pienso como lo expresa Pedro: hay que actuar de acuerdo a la ley y en ese sentido, es muy clara. Me da la sensación que el tema de la seguridad industrial, el trato del ambiente, la higiene como bien lo define y tantas otras cosas que viví en tantos años de trabajo en empresas, incluidos mis emprendimientos. Recuerdo perfectamente que el tema en cuestión solamente lo viví en mis comienzos como ingeniero en la fábrica de Alpargatas en Barracas, más precisamente en la tejeduría donde el ambiente es predominante en cualquier razón, personal incluido lógicamente. Estoy de acuerdo en que lo explicado en…